sábado, octubre 03, 2009

No responde














No quedan luces, no hay reflejos. No queda ropa, sólo viento. Aspiro este aire deshabitado y trazo con desvelo mi imaginación, en este éter de recuerdos. El presente yace fugaz con el pasado. Apagados quedan, sin luz vital. La oscuridad se desgrana en el silencio como las gotas de un aguacero frío y calmante.