martes, agosto 05, 2008

Janis


















Lleva casi un mes sin hablar con nadie, quizá más. Las luces están desde entonces apagadas. La cama, sin hacer. La basura acumula olores en la cocina. El espacio permanece detenido. Parece que el tiempo se hubiera posado en la nada. En la extensa llanura de la nada, el inmenso mar de una nada permanente en su lugar. Los relojes están detenidos en una hora imprecisa, el cassette llegó al final y Joplin se ahoga en i’ll drown in my own tears. El dibujo de cientos de pisadas reluce. El suelo esconde un pasillo, y el pasillo, un túnel.

Se levanta del sillón. Y se adentra en él. Gira la mustia cerradura y camina entre la madrugada y la soledad. Desde hace un mes, quizá más, sólo sale a la calle de noche. Cuando nadie habita la asfixiante humedad del asfalto.

Hoy la cerradura también ha girado desde fuera. Sonaba igual, a una vida rota, a una cristal sin reflejo, a bofetadas, a eso suena, a bofetadas. Hoy, esta madrugada de una noche cualquiera... ya está decidido. La nada es todo. El túnel se divisa ahora como mar. Y la brisa es tenebrosa vela.

Comienza a caminar. Lleva casi un mes sin hablar con nadie, quizá más. Se hartó de esperar. De callar, de andar, de soportar.

Y se adentra en el agua sabiendo que hoy las olas son cuchillas de mar.

(then janis howled silver threads and golden needles)