miércoles, mayo 26, 2010

Insidia


















Era una tarde abrupta tras una noche de insomnio. Hacía un viento ensordecedor, la carretera quemaba en el tiempo. El coche se movía brusco, temeroso, sin conocimiento. No sabía si viajaba hacia la huida... o la salvación. Infinita y blanca línea que parte el asfalto en dos. Como la de tus labios afilados o mi lengua voraz. Mi mirada oteaba un horizonte difuso, esquivo. Estaba llena de insidia. Tú mostrabas un rictus desafiante, directo. Tu cuerpo estaba lleno de odio.

De pronto o de nuevo, regresaron a mi memoria tus últimas palabras:

"¿Y qué ves?"

"Espejismos, Alicia, espejismos".